El día que casi me muero de vergüenza

¿No te ha pasado alguna veces que has querido morirte de la vergüenza, de querer que la tierra se te trague? pues esta entrada va de eso mismo, de pasar vergüenza.

De normal soy bastante sin vergüenza, y no quiero decir que meto la pata sino que me considero una persona extrovertida y con cara para hacer las cosas, eso es algo que me viene bien a la hora de salir al escenario. Pero aquella vez me quedé a cuadros.

Fue una tarde en esas en las que me reunía con mi novia, bueno ahora ex-novia y buena amiga, estábamos hablando tan tranquilamente y...

bueno, antes de nada quiero decir una cosa, La
confianza da asco. ¿Por qué? sencillo, imaginad que os echais novia, las primeras semanas que estás con ella tienes el detalle de, si tienes ganas de tirarte un cuesco, te retiras- ahora vengo cariño- te desahogas a gusto y vuelves, claro primero esperas un poco a que se vaya el olor, no sea que la estela te persiga, pero cuando ya le coges confianza, le dices, mira cariño como suena esto, y te lo tiras sin ningún escrúpulo.

Como ella me llamaba de todo cuando hacía eso, que si eres un cerdo, que si no tenía cabida en este mundo, pero es que a mí me divertía verle la cara que ponía.
Una de las bromas que le hacía era tirarme un cuesco y rápidamente la abrazaba para que no pudiera escapar, ella aguantaba la respiración mientras intentaba zafarse pero le podía la risa y al final lo que hacía era reirse mientras le daban arcadas.

Bueno, como decía, estábamos hablando tan tranquilamente. No se cómo pero ella desarrolló una habilidad especial, casi sobrenatural, para notarme en la cara cuando yo le iba a gastar la bromica esa de hacer prrrrrrr y abrazarla. Ella me miraba y me decía, te vas a tirar un pedo.

Mientras estábamos hablando empecé a notar como los gases campaban a sus anchas y amenazaban con explotar si no los dejaba salir. En ese momento , ella, que estaba hablando, (de hecho hablaba y habla por los codos, es más cuando la veo de año en año, le hablo lo menos posible, porque como empiece) me dijo - te vas a tirar un pedo.

-Imposible- pensé- esta niña es bruja, ¿como es capaz de saberlo?, si yo estoy disimulando como si fuera un espía del gobierno- Pues nada, me había pillado.
-No, no me voy a tirar ningún pedo- le dije con la mejor de mis interpretaciones para que me creyera.
- ya ya - me contestó mientras me miraba de arriba abajo.
Estaba visto que me había pillado así que decidí hacerle la broma del abrazo fétido, la abracé mientras ella gritaba y se reía.
-!!!!samueeeeeeeeeel, sueltame, por dios, que ascooo¡¡¡¡- voceaba entre carcajadas.
yo me reía también, pero justo en el momento en el que ya no había marcha atrás, cuando ya había soltado todo lo que tenía que salir.

Su padre se nos acercó con premura.
-Samuel, escucha tengo que hablar contigo- me dijo mientras caminaba hacia nosotros.
yo la solté a ella y se me cortó la risa. Mi novia empezó a llorar de la risa porque sabía que como su padre se acercara un poco más iba a notar una fragancia un poco extraña.

-¿ Tu sabes donde puedo....?- no pudo seguir, se quedó callado mientras en su cara se dibujaba una mueca desagradable y se me quedaba mirando fijamente.

-Tierra trágame, por favor- pensé.

Pero en ese momento, él, no dijo nada, se dio la vuelta y se marcho sin decir ni mu.
Aun tardé en recuperar el color en la cara, me quedé blanco. A mi, por entonces, novia, le dio un ataque de risa, de alguna manera se había vengado de mi por aquellos abrazos que le daba.

Al rato me contagió la risa, estuvimos más de una hora riendonos sin parar, es más, incluso al día siguente, cuando veíamos a su padre pasar, nos seguíamos riendo.

Creo que sobra decir que se me quitaron las ganas de hacerle ese tipo de bromas.

Espero haberte hecho reir una vez más.

un abrazo muy fuerte ( sin pedo, eh) se os quiere.
Samvel Areh