El día que me secuestraron

A mi siempre me ha gustado salir de fiesta, ir a la discoteca con mis primos y amigos. Ahora llega un fin de semana y caigo rendido y no tengo ganas de irme a ningún lado, pero, hará cosa de 5 años si que salía mucho, y no sólo yo, sino todos mis primos.

Imaginad una tribu de 15 tíos por ahí. En la cuadrilla también había chicas, unas cuantas, bueno, bastantes. Las noches eran muy divertidas, bailando, ligando y riendo. Recuerdo que estábamos deseando que llegara el fin de semana para irnos por ahí.

Esa noche estábamos en una discoteca en al que nos conocían mucho, es lo que pasa que cuando vas mucho a un sitio la gente te va saludando mientras caminas hacia la barra o hacia la pista. Muy buena armonía con
la gente que conocíamos y manteniendo las distancias con la gente que llevaba rollos raros de drogas y cosas así.

Me acuerdo que estábamos, el Fran, el ángel y yo. Una amiga nuestra se acercó a nosotros.

-Hola, ¿Qué tal? - Nos preguntó con una sonrisa. Además recuerdo que estaba buenísima, una chica despampanante.

-Muy bien, aquí, ya ves- le contestamos mientras le dábamos dos besos.

-Venga vamos a bailar- Nos dijo. No se cómo acabé en la pista bailando con ella mientras mis primos estaban en la barra mirándome, bueno, mejor dicho, mirándole el culo a ella.

Cuando hubo terminado la canción que estaba sonando, me dio dos besos y se alejó.
En ese momento me giré para caminar hacia la barra donde mis primos estaban bebiendo cervezas pero, al dar el giro y dar el primer paso, choqué contra algo.

Después del desconcierto, a penas duró un segundo, me di cuenta lo que era aquello con lo que había chocado.

Era una chica, aunque no lo pareciera, me pasaba, por lo menos, un palmo de altura y eso que yo mido un metro ochenta y siete, vendrían a pesar... puf¡¡, no se, mucho. Era King kong, tenía unas glándulas mamarias descomunales.

Mientras yo estaba mirándola con incredulidad ella me miraba con ojitos.

-Hola, guapo- Me piropeó.

-Hostias- pensé yo -Hasta aquí he llegao.

-¿Bailas?- Me preguntó

-A veces, le contesté yo con un hilo de voz.

En ese momento giré la vista hacia la barra y allí estaban mis dos primos, riéndose de mí con toda la cara.

- Si se ríen por que estoy hablando con ella, ¿qué harán si acepto bailar?- Pensé

- Vale, vamos a bailar- Le dije a ella con toda la simpatía del mundo.

No me dio tiempo a terminar la frase, me abrazó, me pegó a ella y de esa postura empezó a bailar mientras luchaba por respirar en medio de esa dos tetas que parecían con airbags de lanzadera espacial.

Respirar me costaba pero era peor el calor, si ya de por sí hacía calor en la discoteca, en medio de esas ubres era algo asfixiante.

Al poco rato, cuando pensaba que iba a desfibrilar por la falta de aire.
- Perdona, pero es que hace calor, mejor bailamos separados - Le propuse mientras me secaba el sudor con la mano.

-ah, vale- dijo King Kong con decepción.

En la barra, mis primo se estaban partiendo la caja del pecho de tanto reírse.

Cuando pasaron quince segundo, ella se volvió a arrimar.

-¿Qué haces- Le pregunté

-Nada- me dijo mientras me cogía las manos ,me las colocaba en su culo y hacía fuerza hacia arriba para que pudiera palpar sus nalgas de ballena. Seguídamente ella me cogió el culo con todo el descaro.

Hay es cuando pensé que la broma se me estaba yendo de las manos. Les hice un gesto a mis primos para que me ayudaran. Allí en medio de la pista era el centro de atención y todos los que nos conocían se estaban quedando con la copla, unos se reían, todas nuestras amigas estaba con la boca abierta, Mis primos luchaban por mantenerse de pie y no caerse de tanto reír y yo ahí en medio, a punto de ser violado en público por la novia de King Kong.

No solo mis primos intentaron ayudarme sino que nuestras amigas también.

-Por favor, ¿te importa dejarlo? es que es mi novio- Le dijo una de ellas a Gorila Maguila. Nada de eso sirvió. No me quería soltar. Yo podía haberme librao de ella mandandola a la mierda pero, no quería herir sus sentimientos, después de todo yo había empezado todo.

En cuenstión de 2 minutos habían desfilado por delante la bigfoot todas mis amigas de cuadrilla y todas habían dicho lo mismo.

-Por favor, ¿te importa dejarlo? es que es mi novio- repetían.

-Joer, poneos de acuerdo en que vais a decir, que no puedo ser el novio de todas, eso no cuela- pensaba yo.

Al ver que las chicas de la cuadrilla no habían conseguido nada y yo seguía con esa sobona de 3 toneladas, mis primos se pusieron en misión de rescate. Se acercaron.

- ¿Te importa dejarlo, es que nos tenemos que ir? - Le dijeron mientras yo la miraba con esperanza de que me dejara libre y pudiera coger aire y secarme el sudor.

-Por favor, di que me dejas en paz- pensaba yo

Pero no fue así, ella alargó un brazo e intentó coger a uno de mis primos.

-Ven que tu también eres muy guapo - Le dijo. Mis primos pegaron un salto y huyeron a la retaguardia.

-Seréis cabrones¡¡¡- pensé yo.

Al ver que allí no la dejaban violarme en paz hizo algo que rizo el rizo, algo que todos los que allí estaban no se podían creer.

Ella me cogió de la cintura con sus brazos, me levantó en el aire y empezó a andar.
No me lo podía creer, mis pies no tocaban el suelo. Mis primos, al ver eso, les dio un ataque de risa, nuestras amigas seguía en estado de shock.

Ya no me podía andar con contemplaciones. Ahora sus sentimientos me importaban una puta mierda.

-He he- Le llamé mientras me sujetaba en el aire- suéltame montón de mierda.

Ella se quedó sorprendida y me dejó en el suelo.

- Lo que tienes que hacer hija mía, es comprarte una berenjena bien grande y con eso te alivias, a mi déjame en paz, antes me la corto que irme contigo- Le solté. Me di la vuelta y me fui al baño a lavarme la cara y después a la calle a tratar de recuperar el aliento.

Ella desapareció y aunque le dije todo eso por la rabia del momento, al rato me dio lástima, después de todo yo había tenido la culpa por haber aceptado bailar con ella.
Pero bueno.

Yo no esperaba ese acoso, sólo quería bailar con ella y punto.
Mis primos volvieron a retomar el aliento pues no habían dejao de reirse. Mis amigas venían a preguntarme si estaba bien. Todas a mi alrededor preocupándose por mí. Que bien¡¡.

Luego, pensando, me pregunté ¿cómo es posible que alguien llegue al extremo de secuestrar a una persona? ¿Tan desesperada puede estar?

Bueno, pues ya sabes, nunca bailes con alguien que tenga un parecido a King Kong en versión ninfómana, son peligrosas.

Espero que te hayas reído y te lo hayas pasado bien.
Un abrazo , se os quiere

Es una historia verídica. Pasó de verdad.

Samvel Areh.