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Este blog está hecho para te lo pases bién, eso lo debes saber ya después de 40 entradas. La mayoría de las veces me dedico a contar cosas, anécdotas divertidas que me pasan, y como muchos dicen, parece que tengo imán para ellas. También sabrás que me gusta escribir sobre fenómenos paranormales y esta entrada va de eso.

Cuando tenía 14 años vivía en la misma casa que mis abuelos, pero en el piso de arriba, viví allí hasta los 15. Fui muy feliz en esa época de mi vida y la recuerdo con mucho cariño.

Todo empezó así. Era una noche de tormenta, La luz se había ido por causa de un apagón y sólo unas velas iluminaban la estancia que tenía delante de mí.


Crucé la puerta para entrar a la sala de estar de mi piso donde, mi hermano (que entonces tenía 10 años

) estaba tumbado en el sofá con los ojos cerrados y con un paño de tela en la frente, por lo que deduje que tenía fiebre. De repente un relámpago iluminó la estancia dibujando las siluetas de las personas que estaban alrededor de mi hermano pequeño. Entre ellos pude reconocer a mis padres, mi tío, mi tía y mis abuelos.

Allí, a la luz de unas velas, se respiraba un ambiente de preocupación por mi hermano. Todos tenían su mirada puesta en él, vigilando como dormía.

-shhhh, no hagas ruido- Me advirtió mi abuela según yo entraba - se acaba de dormir ahora.

Los demás apenas se percataron de mi presencia, seguían allí, observando a mi hermano pequeño.

-Le tenemos que dar la medicina- Dijo mi padre susurrando
-No la encuentro- contestó mi madre mientras se afanaba en buscar entre la penumbra.
-No os preocupéis- dijo mi abuela mientras se volvía hacia mí.
-Samuel, ve abajo, en el mueble donde está el teléfono, está la medicina de tu hermano, súbila, cariño- Me mandó mi abuela con cariño envuelto en preocupación.

Fuera los relámpagos seguían sonando e iluminando la habitación de forma intermitente. Salí al pasillo y me dirigí a la escalera que me conducía al piso de abajo. Quise dar la luz pero recordé el apagón y supe que tenía que bajar a oscuras mientras escuchaba la lluvia pegando en el tragaluz del hueco de la escalera.

Eché la vista atrás y pude ver la débil luz de las velas del salón donde estaban todos y pensé en mi hermano y en que debía de ser valiente, como los héroes que se enfrentan a las dificultades para salvar a alguien querido.

Cuando bajé las tres primeras escaleras me di cuenta de que la puerta del piso de mi abuela estaba abierta y que la luz parpadeante de la tormenta se colaba por ella. Bajé despacio, asustado, luchando contra mis miedos, luchando contra el silencio roto por los relámpagos y contra mis malos pensamientos.

Llegué al último escalón, tomé aire y me acerqué a la puerta del piso de mis abuelos. Algo me decía que no entrara allí, sin embargo, sabía que debía coger la medicina para mi hermano, no quería aceptar, delante de los mayores, que era un cobardica.

Los relámpagos me iluminaban el camino dibujando siluetas duras. Era un lugar que conocía muy bien. Un pasillo no muy largo, al lado derecho un pequeño mueble en el que estaba el teléfono y el botiquín de las medicinas, en el lado izquierda dos puertas cerradas y enfrente la puerta abierta de la cocina donde, una ventana hacía las veces de flash, gracias a la luz relampagueante que se colaba por ella.

Todos estaban arriba. Yo, allí solo, en medio de la oscuridad empecé a sentir que el miedo se empezaba a apoderar de mí. Se me hacía difícil controlarlo a la vez que, aquello que me decía que me fuera allí lo antes posible, se hacía más intenso.

A pesar de ello, me negué a irme de allí sin el medicamento. Me acerqué al mueble del teléfono donde, empecé a buscar en el botiquín lo que había venido a recoger. Aprobechando la luz de los relámpagos para leer el nombre de las medicinas.

Allí no estaba la medicina de mi hermano y aquella voz dentro de mí que me insistía para que me fuera allí me hacía temblar.

-¿No la encuentras?- dijo una voz que venía de la cocina, era la voz de mi abuela.
Sonaba tan natural, tan cotidiana y tan cariñosa como siempre pero, eso, lejos de tranquilizarme , me asustó más. Un sentimiento de terror de apoderó de mí.

-¿Cómo es posible que mi abuela esté en la cocina si ella está en el piso de arriba? de haber bajado hubiera tenido que pasar por el pasillo en el que yo estaba para llegar a la cocina- pensé con terror.

Un relámpago brilló a través de la ventana e hizo que la silueta de mi abuela se dibujara de color blanco mientras se acercaba a mí.

-si, ya la he encontrado- Le contesté intentado disimular mi pánico mientras cogía un medicamento al azar.

Sólo con sentir esa presencia a mi lado, en ese pasillo oscuro, me bastó para saber que eso que estaba a mi lado, no era la persona que parecía ser.

- Voy a subírselo - Le dije mientras me giraba para salir de allí.

-No, espera- me dijo ella o ello.

su voz, a pesar de ser idéntica a la de mi abuela, me puso los pelos de punta.

-Tu no eres mi abuela- pensé

- Espera un poco, Samuel- Me volvió a pedir pero yo, ya había salido con paso ligero hacía la escalera, intentado disimular mi terror.

Ella me siguió, pude ver su silueta gracias a otro relámpago, estaba acercándose a mí, ya no podía seguir andando.

-Espera- volvió a decir con dulzura

yo eché a correr y puse un pie en primer escalón.

-Espera samuel- su voz se transformó y me agarró de un pie.

El corazón se me iba a salir del pecho. Tenía más fuerza que yo, aquello en esa oscuridad me estaba agarrando y tiraba de mí. El miedo no me dejó gritar pero de repente vi una luz, giré la vista hacia la escalera por la que luchaba por subir y allí vi a mi abuela con una vela en la mano y una escoba en la otra.

-Suelta a mi nieto, hija de puta- le gritó mientras le daba escobazos.

de repente. Me desperté.

Todo había sido una pesadilla. Menos mal.

3 comentarios:

  1. y yo creyendome todo, jajajajajaja
    pero bueno menos mal que solo fue una pesadilla, aunque tanbien se pasa
    bastante mal. porque lo vives
    menos mal a tu abuela que con su escoba en la mano espanto a la persona mala de la pesadila eh jajajjajaj bueno dcirte que sienpre disfruto mucho leyendo tu blog, cuidate mucho y el proximo sueño que sea algo que te diviertas un poco mas jajajajajajaja
    sin tener que pasarlo mal
    un abrazo grande

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  2. JAJAAJ YA ME ACUERDO DE ESO, PERO DEVES CONTAR LO Q NOS PASO EN EL BAR CON EL COLLI CALVO AJAJAJAJAJA POR Q SOLO TU Y EL ISRAEL LO PUDIERON COMPROBAR DESPUES DE BURLARSER DE MI....AJJAJAAJ Q SEPAS Q NO ME PIERDO NADA DE TU BLOG, UN BESO JESUCRISTO EN PENA AJAJAJAJ BYE..

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  3. Ayyy vargameee me pasa como al Enrike que me lo taba creyendo ya jajajajajajjaa ainss q tension!! menos mal que acabao la pesadilla ya ajajajajaja

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