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Hace unos años, yo estaba en un grupo, estaba formado por mis primos, Fran, Ángel, Jesús, mi hermano Toño, mi tío José y yo.

En este grupo yo no cantaba nada relacionado con el estilo de música de mis videos y que muchos de vosotros conoceis, el que llevaba la batuta del grupo era mi tío, él se encargaba de conseguir bolos (actuaciones), se encargaba de ajustar el precio, la duración del pase y todo lo demás, nosotros teníamos que ir al local en cuestión y tocar. El grupo se dedicaba a tocar flamenco, si bien, mi tío se ocupaba de los temas más jondos como fandangos, soleares, media granaina, etc, nosotros nos ocupábamos de los temas más actuales y movidos para que la gente se divirtiera.


Mi tio José se ha dedicado toda la vida a este trabajo, es un gran profesional y lo admiramos y queremos mucho, a él de debemos mis primos y yo, el haber perdido el miedo escénico a golpe de pasarlo mal y de estar a las duras y las maduras. Nosotros nos lo pasábamos de muerte, recuerdo esa época por la cantida de anécdotas que vivimos y las risas que no echamos.

Mi tío, al estar pendiente de todo, llegaba un grado de estrés en el que ya no regía como una persona normal, incluso a veces se ponía malo y teníamos que seguir nosotros solos. Ese estrés a veces le hacía olvidarse cosas.

Todo empezó en la temporada de verano en la que los pueblos y ciudades de alrededor están en fiestas patronales y contratan orquestas y grupos para animar el ambiente de los locales. Cómo era habitual, mi tío nos llamó y nos avisó de que teníamos que actuar en un local en un pueblo no muy pequeño a unos poco kilómetros de donde vivimos. Como siempre hacía nos avisaba con un día o dos de antelación, por lo tanto nunca teníamos tiempo de ensayar nada, siempre íbamos a improvisar y por eso pasaban las cosas que pasaban.

Quedamos con él, al día siguiente, él vendría a la puerta de mi casa donde teníamos que estar todos lo integrantes del grupo con las guitarras, mi tío , para entonces ya habría montado el equipo en el local del pueblo y llevado el resto de instrumentos. La hora a la que debíamos estar eran las 11:00 de la noche ya que teníamos el pase a las 12.

Al día siguiente a las 10:45, estábamos todos, arreglados de punta en blanco, en la puerta de mi casa con las guitarras. Pasaron los minutos y mi tío no llegaba, -"que raro"- nos dijimos. Llegaron las 11:30 y mi tio no había llegado a recogernos. A las 11:45 le suenó el móvil a mi primo. Era él. -"pasamelo"- le dije a mi primo. Estaba muy enfadado, que si no había derecho a que lo dejáramos tirado, que si no teníamos formalidad ni palabra, que esas cosas no se hacían. él hablaba y no me dejaba oportunidad de constestarle. -"si tío, escucha, si, pero, escucha un poco"- le decía yo mientra el no me dejaba meter una palabra de canto. Al final cuando se hubo deshagado y nos había dicho hasta del mal que nos ibamos a morir le dije con toda la paciencia de la que fui capaz, que suele ser muy poca -´" Tío, ayer quedamos en que ibas a venir a recogernos, estamos en la calle esperando desde las 10:45, ¿ vas a venir a por nosotros o nos vamos a casa?"- un silencio se escuchaba a lo otro lado del hilo telefónico. 20 minutos después apareció con el coche, salió vestido con una camisa blanca de lino, 5 tallas más grande que le llegaba hasta las rodillas, al llevar un pantalon corto parecía que no llevaba pantalones, por si eso fuera poco llevaba una botas militares, nosotros no hacíamos más que reirnos. LLegamos tarde al local, la gente, harta de esperar, nos recibió con aplausos aliviados. Bueno, al menos empezábamos bien.

Lo que vi no fue un local, estábamos en la calle donde un escenario improvisado nos esperaba. consistía en cuatro ladrillos grandes, de esos grises, y encima de éstos un tablón, la alfombra que habían puesto, lejos de mejorar su estética, le daba un aspecto más tercer mundista todavía. No me hubiera importado un escenario así si , al menos, hubiera sido grande, cosa que no se ajustaba a la realidad.


El escenario mediría unos dos metros de largo por uno y medio de ancho, si a eso, le añadimos que el equipo de voces estaba también en el "tablao" la cosa se podía considerar catastrófica. Mi primo Ángel, que toca las congas y las cajas, se tuvo que quedar fuera del escenario por que no cabía, se tuvo que colocar en un lateral, en el suelo y detrás de un árbol. mi tío pegado a la mesa del equipo, mi primo Jesús con el bajo y el Fran con la guitarra pegados los dos espalda con espalda, y mi hermano y yo también espalda con espalda , parecíamos las grecas. En frente el público estaba sentado alrededor de mesas de terraza y había mucha gente, todos con cara de espectación.

-"Buena noche"- dijo mi tío con un tono simpático -"Estamos encantados de estar aquí"- eso no se lo creía ni él. -" esperamos que..."- ya no pudo seguir hablando. En el lateral del improvisado escenario el equipo, cerca de mi tío, pegó un chispazo y dejo de funcionar. Mi tío se giro con cara de incredulidad, nada que ver con el gesto que tenía segundos antes. Mi primo Ángel y yo empezamos a reirnos por lo bajinis.

era ya la una y media y mi tío estaba a punto de explotar del enfado porque por más que lo intentaba, el equipo no funcionaba. Para entonces nosotros estábamos en la barra tomando algo viendo como la vena de la frente de mi tío se inflamaba amenazando con explotar en cualquier momento y como el público empeza a moverse en sus asientos, más que impacientes estaban hasta los huevos, habíamos llegado tarde y por si fuera poco ahora se había roto el equipo.
Mi tío seguía apretando clavijas y tocando botones mientras, con el micro en la mano pronunciaba palabras que desde abajo del escenario no se podían escuchar. De repente la megafonía sonó, pero sólo por unos instantes, los justos para que pudieramos oir todos los que allí estábamos como mi tío maldecía a los cuatro vientos al equipo -" me cago en los putos muertos del equipo de mierda"- pronunció con la mayor de las fustraciones al tiempo que, al darse cuenta de que el equipo, como si se quisiera vengar, había hecho que todo el público escuchara que después de todo no era tan simpático como había hecho creer al principio. Todo el mundo se quedó a cuadros, incluso nosotros, fueron solo unos segundo, pero como buen profesional, reaccionó deprisa y se giró con la mejor de sus sonrisas para decir -" buena noche, señoras y señores, parece que hemos tenido proble...."- el equipo ya no le dejó continuar, volvió a fallar y el sonido se perdió de nuevo. La cara de mi tío era ya un show por si sola, volvió a cambiar , esta vez si que temíamos por su salud. Los demás intengrantes de grupo, en la barra, no parábamos de reirnos, mi primo ángel echó lo que estaba bebiendo por las narices.

El público se empezó a levantar de sus asientos y unos cuantos se marcharon de allí.
incluso una pobre mujer que estaba sentada en primera fila y que se movía gracias a unas muletas, se esforzaba por levantarse para huir de allí, pienso que si no hubiera tenido las muletas, aun así, hubiera consentido irse a rastras con tal de desaparecer de allí.

Mi tío, al darse cuenta de lo que pasaba,( la gente estaba huyendo como de la peste), nos hizo un gesto apresurado para que nos acercáramos al escenario. -"Rápido, tocad algo"- nos ordenó con apuro -"¿pero sin micrófono?"- le reprochamos -"Si, daos prisa"- por la cara que puso comenzámos a tocar sin megafonía alguna sin rechistarle. Empezamos con una canción muy movida y comenzamos a cantar, mi primo ángel seguía camuflado detrás de aquel árbol, mi tío ocupándose de un equipo que parecía estar poseído, y mi hermano y yo seguíamos en esa posición que parecíamos las grecas. Gracias a que no había megafonía la gente no se daba cuenta de que apenas podíamos tocar o cantar, la risa podía con nosotros. Algunas personas de la primera fila , que se habían quedado con la copla, se reía con nosotros.

LLegó el momento de dar un cierre y terminar la canción. Todo quedó en silencio, el público nos miraba sin ninguna intención de aplaudir, durante unos segundos el silencio y la mirada del público fue muy incómoda. Nosotros nos miramos y lejos de pasar vergüenza, nos echamos a reir otra vez.

Casi dos horas depués de lo esperado mi tío consiguió arreglar el equipo de manera que sólo funcionaran dos micrófonos, ni siquiera el multi efectos, lo que da reverb al sonido, quiso portarse bien, así que el sonido parecía más el de una tómbola que el de un concierto. Mi tío, siempre tan pulcro en su vestuario, lleva siempre consigo una especie de funda-percha con trajes que cuidaba con esmero, pero aquel día por todos esos problemas tuvo que actuar vestido con su camisa blanca 5 tallas mas grande, sus pantalones cortos y sus botas militares, aun hoy me pregunto de donde sacó semejante indumentaria.

Tuvimos que apretujarnos más para poder trabajar con sólo dos micrófonos. Empezamos a cantar y al poco rato la gente empezó a agolparse en la plaza. como pudimos estuvimos una hora y media de concierto y por lo menos la gente parecía pasarlo bien, incluso aplaudía y todo.

Salimos del apuro, la vena de la frente de mi tío seguía intacta, el público lo pasó bien y todo salió, dentro de lo malo, bien.

Siempre me acordaré ese día por que, en lugar de sentir vergüenza o apuro, me reí muchísimo, bueno, yo y todos los que estábamos en el escenario a excepción de mi tío.

Dicen que lo comienzos son duros pero hay que pasarlos con buen humor y armonía, hoy seguimos contando esta anécdota y seguimos riendo como aquel día

un abrazo a todos
samvel






1 comentarios:

  1. HOLA SAMUEL PUES LA VERDAD Y CON MUCHISIMO
    RESPETO HACIA TU TIO NO TUBO UNA BUENA NOCHE
    EH JAJAJAJA ME IMAGINO EL CORAJE Y LA RABIA
    ME UBIESE GUSTAO MUCHISIMO AVER VISTO ESE
    CONCIERTO Y SOBRE TODO POR VER LA CAMISA
    DE TU TIO JAJAJAJAJAJ
    PERO BUENO HOY EN DIA DESPUES DE ESAS ESPERENCIAS DEL PRINCIPIO
    SOIS UNOS PROFESIONALES
    SOBRE TODO TU QUE CONPONIENDO ESOS TEMAS
    ESOS VIDEOS TE HACEN UNICO SABES QUE LO
    QUE TE DIGO ES VERDAD 100X100
    UN SUPER ABRAZO GRANDE DE OSO
    ENRIQUE

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